Seguro que no soy el único en el mundo, pero lo de tener que comerme doce uvas el último día del año no me hace ni pizca de gracia. Sin embargo, reconozco que es una tradición bonita, ¡y además viene perfecta para ofrecer a nuestras alumnas y alumnos (y a nosotros mismos) un poquito de motivación!
Este año he escogido 12 piezas en 12 tonos mayores. Es música que a mí me gusta, pero cada cual podría elegir las suyas propias. Para las y los más mayores, podemos proponer que traten de transcribir, de sacar de oído un fragmento de cada una de las piezas (que esté en el tono indicado). Será un ejercicio estupendo para trabajar la afinación y el color de cada tonalidad. Para las y los más pequeños, podemos Leer más…