
Todos los habitantes sabían que ocurriría, pero nadie pudo hacer nada. Ni siquiera las mentes más brillantes del planeta BR1-CK, más conocido como Brick pudieron evitar que la enorme luna que los había acompañado durante milenios chocase de lleno contra la superficie de su querido mundo, el cual se rompió en mil pedazos.
La comunidad científica, de cualquier forma, no había estado parada durante los últimos cientos de años. Sabiendo que el acontecimiento no podría ser evitado, se apostó por la creación de un nuevo cuerpo de expertas y expertos conocidos como «reconstructores».
Entrenados durante décadas, día y noche bajo condiciones extremas, reconstructoras y reconstructores no dudaron en ponerse a trabajar desde el momento mismo de la colisión. Unas y otros evaluaban lo que veían con increíble rapidez y organizaban todo con precisión y profesionalidad: